martes, 1 de agosto de 2023

RESPONSABILIDAD AFECTIVA. EMPEZANDO POR UNO MISMO.

La responsabilidad afectiva es aceptar que nuestros actos pueden afectar a los demás a nivel emocional.
En esta entrevista, la psicóloga Denisa Praje dice esto:
"La responsabilidad afectiva es una forma que tenemos de actuar con la que consideramos cómo influye en otras personas lo que hacemos y decimos y nos hacemos cargo de nuestras acciones. Esta forma de actuar engloba gestos, presencia, comunicación de estados emocionales, expectativas, explicaciones sobre actos,... Además, la responsabilidad afectiva no es algo que se tenga o no se tenga (en el sentido de esencia o de algo dentro), sino que es una forma de comportarse. No somos responsables afectivamente, nos comportamos de forma responsable con personas concretas en situaciones concretas. Se puede aprender, no es un "rasgo" con el que se nazca, aunque haya experiencias tempranas que puedan favorecer que haya una tendencia a comportarse de esta manera o que se aprenda con mayor facilidad, pero todos podemos mejorar"


Aplicado el concepto a las relaciones, hay muchas maneras de ser irresponsable afectivamente hablando. Tantas como personas y relaciones. Una muy habitual es cuando alguien desaparece de la vida de otro alguien sin ningún tipo de explicación y cuando en las interacciones no ha ocurrido nada que, aparentemente pueda dar lugar a un desencuentro, una situación incómoda,... No hacerse cargo de haber herido los sentimientos de la otra persona con nuestra conducta o nuestras palabras. Decir "Siento que te sientas así" es una disculpa falsa a la que se suele recurrir cuando se está siendo irresponsable afectivamente. En su lugar hay que validar lo que nos está diciendo la persona, haciendo preguntas para asegurarnos de que estamos entendiendo lo que nos está trasladando, expresar cómo lo hubiéramos vivido y cómo nos hubiera afectado si hubiera ocurrido al revés (empatía). Responsabilidad afectiva es tomar lo que nos está compartiendo el otro, comprenderlo, reflexionarlo, digerirlo, y al final, tomar conciencia de que eso ha ocurrido por nuestra conducta o por nuestras palabras. Y podemos reafirmarnos en ellas, pero entendiendo que es posible que tras ello, algo pueda cambiar (o tal vez, deba cambiar), porque la diferencia no es irresponsabilidad. A veces se trata de incompatibilidad.

Otra irresponsabilidad afectiva es cuando en una interacción con fines de conquista, una de las personas (llamémosla X) expresa desde el principio que no desea una relación estable, ningún tipo de compromiso, que no está buscando pareja, y todas las maneras que se te ocurran de decir "No quiero que sientas que somos pareja" Pero lo que sí desea es mantener relaciones sexuales con el mínimo trato fuera de la cama. Lo que sí desea es tener sexo cuando él/ella elija, sin programarlo con excesiva antelación (o sí, depende de cuán meticulosa sea la persona con su agenda y su vida).
Por contrapartida, también es una irresponsabilidad afectiva cuando la otra persona (llamémosla B), al oír que X no quiere ni busca una relación de pareja y que quiere sexo sin compromiso, en lugar de expresar que ella/él sí quiere cierta exclusividad en cuanto a ir conociéndose y en el hecho de tener relaciones sexuales, no lo marca como un punto divergente que dicta que buscan cosas diferentes y termina con la interacción. En su lugar, claudica, se autoengaña y acepta las normas del juego de X. Luego, cuando B se ha implicado emocionalmente, y pide un compromiso, X rápidamente se acoge a lo que le dijo desde el principio (que no quería pareja, ni nada estable). B se queda sumido en la miseria emocional y X se repite que lo avisó desde el principio, que fue sincero/a y que no hay nada que reprocharle.


Ambas han actuado con irresponsabilidad afectiva. Y dependiendo de quién seas tú en el momento de leer esto (si X o B) deberás poner el foco en:

1.- Aprender a retirarme cuando solo quiero sexo sin compromiso pero la otra persona busca o está abierto/a a algo más. Porque con "ser sincero/a" no es suficiente. Y si bien no somos responsables del equilibrio emocional de nadie salvo del nuestro, no está bien actuar sabiendo que podemos generar un desequilibrio, porque no todo vale y porque la ética personal es un valor que forma parte de los principios y la integridad que nos define como personas.

2.- Aprender a retirarme cuando se me diga que solo quiere sexo sin compromiso. Porque no es eso lo que deseo. Elegir cerrar y mantenerme firme en el caso de que la otra persona, contacte e inicie el juego de la seducción, porque no queremos lo mismo. Y si está siendo irresponsable afectivamente y me busca a pesar de haber puesto sobre la mesa que lo que ambos buscamos son cosas diferentes, yo debo ejercer esa responsabilidad afectiva para conmigo mismo/a en primer lugar y cerrar los accesos de esa persona a mi. La máxima responsable de mi bienestar emocional y de autocuidarme soy yo.

Es muy tentador poner el foco en lo irresponsable afectivamente hablando que ha sido el otro. Tan tentador como inmaduro y cero productivo para ayudarnos en nuestro proceso de crecimiento personal. Por eso hay que hablar y no dar las cosas por sentadas. Hay que perder el miedo a preguntar y a exponer lo que esperamos y lo que vamos a dar. Y que nos tachen de "intenso/a" es ya un indicativo de que nuestras expectativas respecto a esa interacción no coinciden con las de la otra persona. Perderle el miedo a la diferencia enriquece las relaciones. ¿Te suena lo de "La felicidad está más allá de la zona de confort"? Créeme, si trascendemos el miedo a poner de manifiesto diferencias, podremos avanzar y empezar a aprender a lidiar con la diferencia, quien además, tiene mucho positivo que aportarnos.

Y cuidado porque, a menudo no se expresa con palabras lo que queremos y lo que no. Nuestros actos lo dicen. El dicho "Obras son amores y no buenas razones" significa precisamente esto. El día que empezamos a observar lo que hacen los otros y les leemos a través de sus actos y no de sus palabras, ese día, hemos subido de nivel en nuestro desarrollo.





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