miércoles, 24 de junio de 2009

TAILANDIA: EL VIAJE QUE LE DIO UN GIRO A MI VIDA




Hay acontecimientos que cambian el rumbo de nuestra vida. El por qué Tailandia y no otro sitio responde a que reunía una serie de características para mí primordiales: estaba lo suficientemente lejos, era seguro para una mujer sola, no había estado antes y era un destino que no sabía, al menos a priori, si querría volver con mi hijo. Conocía a gente que había estado hacía muy poco y me dieron referencias súper actualizadas. No me decepcionó en absoluto.

Al volver a casa, ya nada fue igual.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

Mi vuelo con LTU (esta compañía forma parte del grupo aéreo Air Berlin) despegó del aeropuerto de Barcelona el 12 de junio a las 14h. Pero mi viaje realmente comenzó 2 meses antes. El 12 de abril decidí embarcarme en este viaje que me llevaría a recorrer buena parte del país en 2 semanas en “completa” soledad.
Nunca antes había hecho un viaje tan lejos y sola. Además se sumaba el añadido de que era la primera vez que iba a separarme de mi hijo de 10 meses tanto tiempo. Las razones para hacer este viaje sola son simples: necesitaba ESPACIO.

Y así, el 13 de junio del 2008 a las 10 de la mañana aterrizaba en el colosal aeropuerto de la capital de Tailandia. Hice caso de los consejos de otros viajeros y busqué el puestecito para comprar el ticket para los taxi-metter. Pero, pagué la “novatada” con el peaje de la autopista: 1000 baths! La carrera costó lo normal, pero no así el peaje, cuyo precio no suele exceder de los 60-80 baths.

Otro hándicap era cómo llamar a casa…me dirijí a la 4ª planta del aeropuerto a CAT TELECOM y compré una tarjeta con 500 baths. Estas tarjetas funcionan desde cualquier cabina roja. Has de marcar un número de 4 cifras, luego un número muy largo (es el código de acceso con tu saldo) y ya el código del país, número de teléfono…tanto el número de 4 cifras como el otro muy largo, aparecen en la parte de atrás de la tarjeta.

El taxi me deja en Kao San Rd en 40 minutos, pero no en la puerta del hotel. Ahí empecé a preocuparme porque me sentía muy descolocada. Comencé a preguntar y finalmente una chica me acompañó hasta la puerta del hotel.
Mi hotel se llamaba Villa Cha Cha La habitación que yo tenía era una Junior Queen, cama de matrimonio y baño dentro de la habitación con ducha. 26€/noche con desayuno incluido. El hotel está muy bien: limpio, barato, con encanto y en el centro de Khao San. Dispone de una sala con 3 ordenadores con acceso a internet gratis. No como en el Hotel Centara, súper caro y donde me cobraron 500 baths por 24 horas de acceso a internet. El precio de esta habitación son 1300 baths/noche. Pero por 750 baths (15€) tienes la single.

Tras el check in, subo a dejar la maleta a la habitación y como en el mismo hotel. Tenía demasiada calor como para buscar algo de comer fuera…mientras estoy comiendo veo que empieza a caer una lluvia fina.

Después de un corto paseo, para inspeccionar las cercanías del hotel, vuelvo al hotel, me baño en su piscina, una ducha y ahora sí mi 1ª visita planificada: TORRE BAIYOKE. Desde el piso 83 me tomo un té y me relajo comprobando que todo lo que me han dicho es cierto: realmente las vistas son espectaculares!!

Me he desplazado en TUK TUK a pesar de que había leído en algún sitio que no se recomiendan en Bangkok pues son caros y para turistas, me he dicho: “bueno yo los pruebo” y está bien. No me gusta la cantidad de humo que tragas…prefiero desplazarme en taxi: mucho más cómodo.
Vuelvo al hotel agotada y sedienta, y haciendo acopio de mis escasas energías, salgo a buscar algo para cenar. Tras recorrerme todo Khao San doy con un puesto ambulante (los hay a decenas) y pruebo los Pad Thai (unos fideos de arroz con verduras y salsa de soja cocinados en Wok) un plato típico tailandés...lo recomiendo. Debo tener el estómago blindado, jejeje una de las recomendaciones de las guías de viaje es no comer nada en puestos ambulantes...me arriesgué, lo sé.


2º Día BANGKOK
Mi segundo día me despierto a las 6:30. A las 7:20 bajo a desayunar y después me voy en taxi al parque Luphini. Hay mucha gente mayor comiendo, tomando té y charlando. También veo personas haciendo Tai Chi, footing y una danza con abanicos. Me llama la atención una especie de “gimansio” al aire libre, con pesas y bancos para hacer ejercicios con las pesas.
A media mañana cojo otro taxi y me voy al Wat Benchamabophit, cuyo claustro está flanqueado por una dorada e imponente figura de Buda de 53 metros de altura.

PARQUE LUPHINI

NIÑOS BAÑÁNDOSE EN LOS CANALES DEL RÍO EN BANGKOK



CHINATOWN

Después me voy al Gran Palacio: IMPRESIONANTE. Me hacen alquilar como una falda-pantalón porque llevo bermudas.
Tras visitar el palacio, un alma caritativa me consigue un Tuk tuk que me llevará a visitar 3 puntos de interés, esperándome en la puerta de cada uno de ellos mientras yo los visito. Y todo por 40 Baths. El recorrido me ha llevado unas 3 horas.

Me voy al MBK y como allí en un McDonald's...tranquilidad que todo tiene una explicación: he disfrutado del aire acondicionado todo lo que he podido y después he cogido el Skytrain y me he ido a un muelle a coger un barco que me ha subido por el río. Me he bajado en Chinatown y he estado paseando el resto de la tarde. Fue precisamente en Chinatown donde me dí cuenta de que había perdido mi móvil.
Volví a coger el barco para llegar a Khao San Road. Disfruto de la piscina del hotel, ducha y a cenar.





3er Día BANGKOK

Me levanto a las 6. A las 7 me ha recogido un minibús para ir a Ayuthaya. Personalmente me ha dejado muy fría. He comido por allí. A las 17h estaba de vuelta en el hotel. Durante esta excursión he conocido a Christiana, una mujer italiana afincada en Austria que también estaba viajando sola.
Paseando por la tarde por Khao San ha comenzado a diluviar. Decidí meterme en un ciber y tras 20 minutos para de llover. Me senté en una terraza a tomarme un café. Es curioso, pero he disfrutado muchísimo de las cosas más simples.
De regreso al hotel he preparado la maleta. Ducha y a cenar.

4º Día CHIANG MAI

A las 10 de la mañana llego a Chiang Mai. El vuelo con Thai airways es tranquilo. Es curioso, pero nunca había entablado conversación con tanta facilidad con extraños. Supongo que al ir sola, estoy más receptiva y lo mismo le ocurre a las personas que me dan conversación. Me resulta muy interesante la de historias que se pueden conocer en un vuelo.
Las dimensiones del aeropuerto de Chiang mai, mucho más pequeñas que las del aeropuerto de Bangkok, me ayudan a darme cuenta de que esta ciudad es bastante más pequeña que Bangkok.
Un taxi me lleva a diferentes Guesthouse hasta que encuentro una con aire acondicionado. Dejo mis cosas y busco la forma de ir a Doi Suthep. Por fin descubro cómo: un tuk tuk me lleva a coger un “red car” que a su vez me sube hasta el templo ( a unos 30 minutos) conmigo sube una holandesa, Marriette, que también va a Doi Suthep, pero ella va a hacer un retiro de 3 semanas para hacer meditación. Es precisamente Marriette quien me recomienda una gusethouse fantástica http://www.gaps-house.com/ como pude comprobar personalmente. Me mudé del primer guesthouse pues por la mitad de precio me incluía el desayuno y las habitaciones son mucho más bonitas, ¡ah! y con aire acondicionado.Si no recuerdo mal, la doble con baño privado y desayuno son 6€
Por la tarde me paseo por la ciudad y por la noche voy al Night Bazar. Este Night bazar me gusta más que el mercado de Chatuchak, porque es más pequeño y los puestos guardan un orden, resultando muy fácil encontrar lo que se busca.

5ª Día CHIANG MAI

Por la mañana me dedico a visitar los templos más significativos de la ciudad. Dejo para el final el más importante, y es allí donde conozco a Narong, un monje budista de 25 años con el que charlo durante media hora.
Al cabo de media hora de haberme marchado decido volver para pedirle el mail para seguir en contacto, y mientras espero a que me atienda conozco a Ken, un chico tailandés muy majo, y sí, muy guapo también. Me llama la atención que a pesar de tener rasgos tailandeses, hay algo en él diferente. Cuando me dice que es un Karen, lo entiendo. http://www.thailandbuddy.com/Spanish/culture/Karen-Tribe-Of-Thailand.html


MONJE BUDISTA NARONG Y YO

6º y 7º día CHIANG RAI Y CHIANG MAI



SUBIENDO AL TEMPLO DOI SUTHEP


Esa tarde cojo un autobús hasta Chiang Rai y para mi sorpresa, Ken viene conmigo. Me alegro de que así haya sido pues el me ayuda a encontrar alojamiento en Chiang Rai. Guesthouse Janson House. Barato y muy limpio.
Quedo con Ken para cruzar la frontera a Birmania a la mañana siguiente. Y de nuevo me alegro de que venga conmigo. Es reconfortante ir acompañada de un nativo tanto para cruzar la frontera como una vez en el otro país.
Regreso a Chiang Mai pues Chiang Rai no me gusta tanto como para quedarme más días.
De vuelta a Chiang Mai compro algunas cosas, paseo muchísimo y contrato una excursión en elefante. No encontré a Nong. Le envié varios mails antes de salir hacia Tailandia y no me respondió a ninguno. Una vez allí no me acordé de llamar a su agencia…pero dí con una agencia que me gustó muchísimo, por el trato de una de sus trabajadoras: Dang. Quedé muy contenta.
Facilito más info a través de mp.
Recomiendo esta agencia para cualquier actividad organizada que se quiera realizar en Chiang Mai (trekking, paseo en elefantes…) Dang y yo nos caímos muy bien, y decidió que saliéramos mi última noche en Chiang mai. Fuimos a cenar y después me llevaron a un Karaoke. Es otra “dimensión” pues en ellos parece que el tiempo se detiene, por el tipo de canciones que se interpretan: suelen ser cancionas muy antiguas y también muy largas…¡ah! Y muy lentas, je,je,je.

Mi octavo día transcurrió tranquilo en Bangkok, haciendo tiempo para coger mi vuelo hacia Krabi el 23 de junio. Reservé el vuelo con la Thai airways y las noches las pasaría en el Hotel Centara un hotel de 5 estrellas, que deja el concepto "lujo asiático" en el colofón más alto. Para este trayecto con la compañía tailandesa reservé en 1ª clase. La verdad es que me esperaba algo más…Con el hotel Centara también contraté que me viniesen a buscar al aeropuerto. El servicio decía: “recogida en limusina” pues a mi llegada ví que la “limusina” era un 4x4, muy moderno con asientos de piel eso sí, pero un 4x4 no una limusina.
Me llevaron a la recepción del hotel. Dónde, mientras me registraban me ofrecieron una bebida.
Después, un minibús me llevó hasta el puerto, y allí, un barco pequeño del hotel me llevó, ahora
sí, al hotel. Cuando llegué al hotel un coche de estos pequeñitos eléctricos me llevó hasta mi habitación. Me hizo gracia ver que me habían dado la misma habitación que la de la foto. En el hotel no había mucho más que hacer que disfrutar de la habitación, la piscina del hotel y conectarme a internet, previo pago de 500 bath por un pack de 24 horas.
Salvo coger el barco del hotel para ir a Ao Nang y contratar una excursión a las Islas Phi Phi el último día, no hice nada más relevante. La excursión a Phi Phi estuvo muy bien.
Paradógicamente no pudimos ir a Ko Phi Phi ya que hacia muy mala mar y llovía, pero el barco nos llevó a otras playas e islas muy bonitas. Particularmente Ao Nang no me gustó nada: un paseo marítimo con puestecitos y comercios, desde restaurantes, tiendas de souvenirs…pero nada más.
La pena, es que cuando escogí ir a Krabi, sabía que era en temporada de lluvías y todo y así, me arriesgé…y perdí a medias. Me hizo mal tiempo, el sol no salío salvo la mañana en la que me marchaba…
Finalmente, cogí un avión de vuelta a Bangkok y al día siguiente, por fin rumbo a España.
CONCLUSIONES
Como se puede ver, mi viaje en sí no es nada del otro mundo, lo realmente importante es lo que me ha aportado el mismo y cómo es Tailandia visto desde mis ojos. Me fui ilusionada, con miedo de añorar a mi marido y a mi hijo hasta límites insoportables, y he regresado feliz por volver junto a mi hijo, y ahora sé que una vez que he probado el viajar sola he decidido que no va a ser el último.
Estas 2 semanas en Tailandia me han hecho darme cuenta, de que viajar es EL MOTOR de mi vida, junto con mi hijo naturalmente. Y así, mientras que Tailandia es un destino para lunas de miel, para parejas enamoradas y felices, para mi ha representado un antes y un después en mi vida.
Viajar es abrirse al mundo, pero fundamentalmente, uno se abre a sí mismo al conocer otros países y culturas. Y eso es lo que me ha ocurrido a mí: a 12000 km es como si hubiese encontrado un camino directo al fondo de mi alma.
Porque lo importante de un viaje, más que el destino, es la compañía y todo cuánto sucede durante el camino.




Hay acontecimientos que marcan la vida de una persona de alguna manera. Tailandia ha sido un punto de inflexión en mi vida. Sin duda alguna.

Recomiendo encarecidamente un viaje a Tailandia, un país donde no pasan más de 5 minutos sin que alguien te sonría. Y dónde los niños son la belleza hecha carne.


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